El blanco no es una ausencia de coloración, una anemia de las cosas. El blanco introduce en la pantalla un juego de tensiones único, una irremediable fuga, huida hacia delante.., ¿del espectador?
Un loop de 16mm transparente. En los fotogramas sin imágenes (en blanco) van apareciendo las marcas que el polvo ha inscrito en la sensible superficie. El blanco se opaca. Rallas y motas se generan hasta que los espectadores digan basta, abucheen enfurecidos al programador, cansados de ver reflejado su aburrimiento existencial en la pantalla. Mientras tanto aparece ese momento privilegiado, suspendido, antes de la acción y la narración: una pura promesa de luz que es a la vez nostalgia de la opacidad y el olvido.
El blanco, una noche en blanco y “364 Noches Sin Blanca”, resultan una de las grandes contradicciones no solo del arte, sino de la percepción en general. Un color que pareciendo vacío ejemplifica lo más lleno; la luz del sol en estado puro en lugar de darnos calor puede llegar a congelar; el no color que es, físicamente, la unión de todos los colores. Por supuesto, además, el opuesto al negro. Una noche sin luna abarrotada de estrellas que vacía las 364 restantes.
viernes, septiembre 04, 2009
Una noche en blanco...
...y '364 noches sin blanca'. Esto es es lo que nos propone La Enana Marrón paa el próximo 19 de Septiembre, dentro de los eventos de 'La noche en blanco'
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