El balance general de Punto de Vista 2011 no puede ser más positivo: una sección competititva repleta de buenas películas, ninguna que pueda decir realmente mala, al contrario que otros festivales, incluyendo la pasada edición de PdV; y complementada ésta con varias secciones paralelas y sesiones especiales que no desmerecían o superaban a aquella. Pero es que además, PdV 2011 ha sido éxito de público, no ya sólo del especializado, sino además de los propio público de la ciudad. A ello sin duda han contribuído algo la concentración de días y sedes, pero atrubuirlo a estas causas únicamente sería mentir: el festival ha 'calado' en la ciudad.
Mi particular viaje por PdV 2011 se abría curiosamente con una pieza 'de cierre': Robinson in ruins de Patrick Keiller finaliza 16 años después la trilogía que iniciara con London (1994) y Robinson in space (1997). Vanessa Redgrave toma esta vez el papel de narrador omnisciente que el difunto Paul Scofield tuviera en las dos anteriores, conduciéndonos por un viaje por la Inglaterra rural y afectada por la crisis, siguiendo el rastro que los oleoductos trazan en el agreste paisaje.. Robinson in ruins, aun siendo una buena película, se queda lejos de la perfección que supone London. El viaje de Keiller parece dar bandazos, ya que, si en London se producía una sintonía entre imagen y hechos narrados, en ésta la plétora de datos que ofrece aplasta literamente la imagen.
Robinson in ruins (Patrick Keiller, 2010)
Mi segunda sesión fue el primer contacto con la sección paralela Lo personal es político, comisariada por Elena Oroz y Sophie Meyer. Esta sección recoge las distintas aproximaciones entre documental y feminismo, haciendo hincapié en enfoques distintos del 'canon occidental'. La sesión en cuestión, Deseos de cambio, cambios en el deseo, trataba la evolución del papel de la mujer en la Europa del Este, e incluía documentales como la magnífica aunque ortodoxa I am an Ox, I am a Horse, I am a Man, I am a Woman (1990) de Sally Potter, sobre la mujer en el cine soviético desde los años 20 hasta la época contemporánea. O Writing Desire (2000) de Ursula Biemann, un video-ensayo sobre internet y su impacto en el 'comercio de cuerpos' entre Oriente y Occidente.
Kira Muratova en
I am an Ox, I am a Horse, I am a Man, I am a Woman (Sally Potter, 1990)
I am an Ox, I am a Horse, I am a Man, I am a Woman (Sally Potter, 1990)
La noche del miércoles finalizaba con la sesión especial Young filmmakers rediscovered, dedicada a recoger una pequeña muestra de la producción que a finales de los 60 y principios de los 70 fue generada por adolescentes de los barrios marginales de Nueva York, gracias a un pequeño Film club que les proporcionaba tanto materiales como la formación necesaria. Comisariada por Gabe Klinger y con la asistencia de uno de los directores, Michael Jacobsohn, las películas seleccionadas muestran una frescura como pocas, a la vez que tratan temas como la guerra de Vietnam, la delincuencia, la drogadicción (esnifar pegamento)... Son de destacar las obras de Jacobsohn, quien se mostró motivado a renovar su carrera cinematográfica, y las de Alfonso Sánchez Jr., joven delincuente del que ahora se ha perdido la pista.
America's best (Michael Jacobsohn, 1971)
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